El nuevo reino de la naturaleza
De pequeño aprendí que la Naturaleza, mi amada Madre Tierra tenía tres reinos: animal, vegetal y mineral.
Para mucha gente, diría que la mayoría, los humanos somos la perfección de Dios, o dueños y señores de la Tierra y que podemos hacer lo que queramos con ella, con lo que animales no, somos Sapiens por encima de todo. Con esto yo me retracto, muchos humanos no llegan a animales, para mi es un insulto para ellos; vegetales tampoco no te puedes servir de ellos y son mucho más traicioneros…¿ y minerales? Hay piedras más valiosas que ellos. No. Tampoco.
Después ampliaron a cinco reinos: animales, plantas, hongos, protistas y móneras. A saber que es estas dos últimas.
Llamadme ignorante. Yo solo se leer y escribir, después de ver a unos … (no se que adjetivo ponerles) golpear a un animal hasta la muerte por diversión ayudado de otros utilizando un caballo, y que muchos lo ven como espectáculo me fui de casa con siete años dejando una nota a mis padre que me llevó a esa matanza en la que decía que no me busque que en un descuido me quitaría de nuevo la vida.
Mi madre murió por su enfermedad. Y lo que se prácticamente me lo enseñó ella.
Soy ignorante quizás, no me gustan los llamados espectáculos de animales. Y veo a esas personas más ignorantes. También me fui por lo que veía en las noticias. Quise ser niño de cueva como decía mi madre.
Me perdí en un bosque después de varios km y un hombre vestido con pieles me recogió. Sabía hablar y cuando le expliqué me acogió.
Vivíamos en una pequeña casa en una aldea abandonada y comida por la vegetación de cuatro o cinco casas en total con un pequeño huerto para todos y rodeados de naturaleza. No necesitábamos nada más, aunque había vestigios de una vida con algo de tecnología aún. Una casa que bien podría ser una cueva como los hombres de antaño.
Crecí y aprendí a cazar selectivamente y con mucho cuidado para que la especie siguiera adelante y que todo, absolutamente todo de la pieza que cazas debes aprovecharlo. Para comer, para vestirte lo esencial, algún adorno o lo que sea, porque había que agradecerle lo que nos da hasta el final.
También aprendí de esos humanos que venían o bien a reírse de nosotros o atacarnos por nuestra forma de vivir, o quizás para echarnos y destruir nuestro bosque.
Algunos aldeanos murieron ante esos salvajes, salvaje es lo que nos decían a nosotros o muy raros. Rara es la vida de ellos con el lujo que tienen y no saben disfrutar de la vida si no es fastidiando a los demás. Por suerte estas visitas acabaron y quedamos cinco personas en tres casas, las otras dos nos las destrozaron los visitantes, al igual que el pequeño huerto.
Mi padre adoptivo murió con cincuenta años, al menos es el cálculo que le eché. Esta vida es dura. No sé cuánto me quedará pero seguiré con mis cuatro compañeros hasta el final.
Nos apañamos como pudimos con lo poco que nos quedaba, nos juntamos en la misma casa como una familia y seguimos cazando juntos . Pasaron días y días. Mis compañeros fueron falleciendo, alguno de caza, otro por alguna extraña enfermedad hasta quedarme solo.
Hoy ya no tengo ganas de continuar, ni se como hacerlo solo, viviré como pueda mientras pueda, recordando las enseñanzas de mi madre y mi padre adoptivo. A mi padre también por su empeño a llevarme a esa matanza pública hizo que llevara esta bonita vida de la que no me arrepiento.
A ustedes les parecerá quizás fea, pero os digo respetaos y respetar a a los animales, pues todos somos animales excepto algunos que los pondría en el Reino de los GILIPOLLAS.
FIN