La magia… Una ilusión más de la vida
Narciso Cortés Echavarría Mendieta era un vasco que desde su niñez se reía de todos los que compraban juegos de magia y querían hacerse los magos, diciendo a los demás los trucos de cada juego de magia. Algo que no gustaba a los pequeños ilusionistas ni a los demás amigos que por misterio y por respeto no querían ser groseros con el artista.
Siguió creciendo cada vez más solo con el único afán de reírse y desvelar todos los trucos de los magos que ya querían dedicarse a la magia.
Después de muchos desmanes con los magos de la ciudad, en los espacios abiertos o cerrados, le prohibían la entrada pues ya le conocían.
Aún así Narciso se dedicó a publicar todos los trucos de magia y su resolución por distintas redes sociales de todas las actuaciones de los magos que aparecían por diferentes medios.
Todos los magos le conocían ya como el señor No Creo En Magia, por sus iniciales.
Un día, se reunieron varios magos para planificar como vengarse de él y acordaron una hipnosis muy especial.
Hicieron otro espectáculo en el que estarían todos, y lo hicieron en el campo de fútbol para que hubiera más afluencia de público y cámaras de todo el país e internacionales, en el que él sería el gran número estrella y humillado.
Todo estaba preparado. Las entradas se vendieron rápidamente. Grandes magos del mundo unidos y el gran revelador de sus misterios estaría presente. El público vería la lucha entre ilusionistas y el revelador de trucos.
El primer mago se presentó, llamó a Narciso al escenario para que se pusiera como espectador principal y le dijo que si descubría todos sus trucos le darían mil euros y así con cada mago. Una oferta interesante e irrechazable para Narciso. Sabedor de cientos, quizás miles de trucos de magia. La actuación comenzó y uno por uno Narciso iba diciendo al público la solución a cada truco de magia. El mago se rindió y le dio los mil euros en un cheque a su nombre. Narciso, pensó que sería un juego de niños y ganaría muchos miles.
Llegó el segundo mago, especialista en trucos de la mente y supuestas predicciones de cartas y pensamientos de lugares. Pero el mago no pudo entrar en la mente de Narciso y falló en sus pronósticos. Con lo que le dio sus mil euros. Que pase el siguiente, se atrevía a decir Narciso con sorna, y el público aplaudía entre asombro y decepción de que los magos fracasaran en su intento de ganar al incrédulo de la magia.
El tercero empezó hablando de las ilusiones ópticas y el hombre incrédulo le cortó diciendo eso no es magia y tiene explicación.
-Calme señor. Mis mil euros no se los va a llevar. Es más si lo hago bien nos devolverá los dos mil que acaba de ganar-.. NC dijo que sí, que seguía ya que podría explicar cualquier truco que hiciera.
-Está bien. Yo le voy a hipnotizar-. A lo que NC dijo inténtelo pero eso es otra tomadura de pelo previamente hecha para ver, según ustedes quien es más capacitado para ser hipnotizado.
-Siéntese y míreme con atención.
Después de una serie de palabras de relax y contar de 3 a 0 Narciso fue hipnotizado. Los magos le propusieron la devolución del dinero y que anduviera, ladrara e imitara a un perro haciendo pis. A parte de otras muchas vergüenzas como bajarse los pantalones. Contó hasta 3, chasqueó los dedos y NC despertó.
-¿Cómo se siente? ¿Todo bien?- Dijo el hipnotista. -Por su puesto. Y como no pasó nada me da los mil euros y que pase el siguiente.
-Si no ha pasado nada, no querrá devolver los dos mil euroooooos-. Ese alargue le entró al cerebro a Narciso y devolvió el dinero.
El público del estadio vitoreó. El mago contó hasta 3 y chasqueó sus dedos.
-¿Qué hay de su dinero? ¿Por qué lo ha devuelto? – Le pregunta el mago enseñando en un video marcador la repetición de lo sucedido.
Narciso creyó que esa imagen era de un doble preparado y que le robaron el dinero cuando se durmió.
-Está bien si cree en un doble, aquí si fallo y no consigo convencerle que esto es real, le doy yo tres mil euros. ¿Le gustaría ser un perro, perro, perro?-. Añadió el mago chasqueando los dedos y Narciso se puso a cuatro patas a dar vueltas, olerse el trasero y hacer como que orina levantando una pierna. El mago chasqueó los dedos y Narciso se preguntó que hace a cuatro patas y viendo el video marcador la repetición se dio cuenta. Está bien confiaré en las ilusiones y que se debe dejar ver estos espectáculos aunque a mi me parezcan una mentira. Lo siento. Pagaré mil euros.
Los magos y el público le perdonaron aunque llegó el turno del cuarto mago que le dijo que le quedaba poco, lo que Narciso vio como una amenaza. El cuarto mago le dijo que al día siguiente le iba a caer una saeta del reloj del ayuntamiento en la cabeza y del golpe moriría.
Narciso salió del centro del campo y se fue a casa. Los demás magos siguieron con su espectáculo, aunque el espectáculo principal era él y mucha gente también iba abandonando el lugar.
Al día siguiente Narciso salió de casa e intentó evitar el ayuntamiento pero una urraca desprendió la saeta medio suelta del reloj y en su camino al nido se le escapó cayéndole encima.
Así no hubo asesinato sino un accidente casual.
FIN