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15 junio 2021

DE LETRAS Y TELEVISIÓN

De letras y televisión 

Esto es una historia de ficción
con algo de realidad
que espero les pueda entretener
en la montaña o el mar.
No tiene ningún sentido
pero sale del corazón,
ni es mentira ni verdad
como podrán ver
aunque no vaya a rimar,
amigos una ve que hayan leído.

Todo empezó yendo a las oficinas centrales de mi empresa, en el asiento de atrás de un coche que había venido a recogerme. Me estaba sonando a los programas de televisión de “El Patrón espía", con lo que imaginaba una bronca de mi compañero que tuve durante la semana resultando que era el patrón y un necesitado premio y porque no, un ascenso.
En ese momento de imaginación el coche se detuvo, pero no sólo eso, se paró la gente en la calle y no movían un dedo, con lo que o se había parado el tiempo o estaba dormido. 
Miré hacia la otra ventana y ahí estaba conmigo, de la nada un joven vestido con bata blanca.
-Hola Sebastián, soy el Licenciado What.
-¿Qué? No será…
-Calla que hay copyright con ese nombre. El caso que quiero llevarte a diferentes zonas para que conozcas a unas personas.
-Que remedio tengo, de todas formas paraste el tiempo.
Entramos a lo que parecía un póster telefónico.
-¿Qué esperabas una cabina? Ya te dije que no soy ese.
La primera parada fue a un lugar natural donde había una mujer observando y escribiendo pequeños, raros pero bellos poemas de lo que veía . No hicimos más que saludarme cuando cambiamos de destino. Su nombre Sonia
Después en la “Cudad de las Telas y las Cuerdas” conocí a Conchi, una mujer que fotografiaba todo pero tenía algo en su interior triste.
Otra mujer, Merche, con su bandera republicana en una catedral en construcción.
 Otra más, (bueno estoy conociendo a bellas mujeres aunque sea por un instante), esta era Norma, en la ciudad sudamericana tocaya de la mezquita andaluza.
Otra más, esta tenía una gracia y un salero especial, en el barrio del Albaicín, no recuerdo o no quiero decir su nombre.
Cambié a hombres, conocí a un pastelero de nombre Adrián, a un cubano llamado Oscar y a un hombre vestido de metal.
Me dio todo vueltas y estaba de vuelta en el coche, ya en movimiento. Ya no estaba el Licenciado. Llegué a la empresa y allí estaba mi patrón. A ver cuanto me daba.
Solo un papel para firmar. Mi finiquito. Estaba despedido. Al salir de la empresa estaba en la puerta el Licenciado.
-Otra vez usted, me han despedido, ¿Son reales esos viajes? ¿Lo soñé?
Sólo me dió un sobre con un caballo azul pintado donde ponía:
Nuestra fuente acertó contigo y hemos decidido contratarte nosotros. Nos has conocido brevemente pero nos conocerás a fondo. Somos todos escritores y queremos que formes parte de nuestro grupo Broma cantada de nuevo. Estaremos encantados de tenerte entre nosotros y pagamos bien.
Al final me vino bien que me despidan, ocho nuevos amigos y un buen trabajo como escritor. ¿Qué más puedo pedir? Ahora no me tendré que levantar a las cuatro de la mañana.

Espero que les haya gustado,
O por lo menos que se hayan reído,
Un poco me ha costado,
Compañeros ¿se han reconocido?
Tal vez me podría recrear 
en cada uno un poco más
pero muy largo iba a resultar.
Gracias a todo lector,
va esto con mucho amor.
FIN

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