ENFERMEDADES RARAS

"Enfermedades Raras" Texto del grupo Philia, cuyos componentes son alfabéticamente:

@Andres8342 @cntaenagua @emilio428665565 @marguita_41 @misletrasnuria1 @SPerizN50

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Febrero, mes del amistad y del amor,

también el que puede ser bisiesto,

El día extraño que viene y va

o las Enfermedades Raras que llegamos a olvidar,

Este también es su mes y por ello insisto

en hacerles un merecido recuerdo de honor.

Te fallan las manos, pero no puedes moverlas.Tus brazos corren la misma suerte.

Te cuesta respirar hasta quedarte sin aire. Las piernas no te llevan, hasta dejar de andar. Solo quieres descansar,

pero  te falta más aire. Quieres comer pero no puedes masticar. Tu cuerpo va  muriendo, pero tu cerebro sigue intacto, lúcido. Ves tu luz apagarse  hasta que tus ojos duermen para siempre.

Descansa en paz.

Niña de piel arrebolada, 

dispuesta siempre a volar, 

aunque te falte el aliento

aunque se quiebre tu alma... 

Frágil mariposa esquiva a las caricias,

pues desprenden tus escamas y alimentan tu dolor

mi gran heroína, mi guerrera sin capa, 

de efímera vida e inmenso tesón.

Por un giro de la genética

un precioso bebé nace sano

y a los pocos meses enferma, 

su salud ya no estará a salvo, 

un envejecimiento prematuro, 

qué terrible enfermedad, 

para sus padres tremendo dolor

que delante de él disimularán

para colmarlo de amor.

Cierro los ojos. 

Cuado me riñe mi madre. 

Cuando no me salen las divisiones. 

Cuando en clase se ríen porque cierro los ojos. 

No puedo abrirlos. Ni quiero. 

No me gusta el mundo. 

Por eso mi vida es un parpadeo constante.

Dicen que de mayor ya no cerraré los ojos.

Pero yo no sé si quiero crecer.

Cuando nací, todo era normal 

mis padres felices, yo feliz, pero

al 2 año, empecé a tener problemas 

de coordinación motriz, incluso en el habla; intentaba decir mamá y me costaba mucho incluso a veces no podía. 

De  repente tras avanzar el tiempo comprendí que estaba atrapada dentro de  mi cuerpo al que no podía darle órdenes, mis manos y pies se movían con  descoondinación, mi mirada iba por libre. Me sentí oprimida dentro de  una coraza de la que no tenía ningún control. Pero cuando comencé a ir a  las clases de fisioterapia y conocí a otros chicos y chicas que  padecían mi enfermedad; no se si este pensamiento es egoísta, pero desde  ese día me sentí mucho mejor porque ellos me entienden y hablamos de  todo lo que sentimos y como nos afecta. Sinceramente, he vuelto a  nacer.