VIAJANDO POR AMOR
Emilio Tao era un corredor de bolsa muy afortunado de México que vivía en la capital, cerca del Hemiciclo a Juárez.
Un día se enamoró a simple vista de Zavanah, una mujer atractiva a la que pretendió conquistar, pero nada le valía, aunque agradecía sus esfuerzos. Hasta que pensó en llevarla de viaje a lo que ella aceptó pidiendo ir a Francia.
Tao compró los pasajes y para allá que se dirigían. Ya en el avión ella cogió su mano y le dijo -Ay cariño, que ganas tenía de ir a París, a ver la Torre Eiffel, los Campos Elíseos o el Louvre, gracias-. Palabras que emocionaban a Emilio pero que sabía que no llegaban a ninguna parte. Él le explicó que no iban a París, sino a otros lugares de Francia, que la quería sorprender con monumentos no tan conocidos y menos habituales por turistas del mundo.
Ya en Francia visitaron el Monte Saint-Michel y su abadía, que se dice que es el tercer monumento mas visitado del país, pero a Zavanah no le hacía gracia: -Vale muy bonito. Llévame a otro sitio-.Tao no se dio por vencido. Estaba empecinado con no ir a París y se desplazaron a ver los castillos del Valle de Loira, donde le dijo que ella era su castillo. –Qué bonito cielo, pero no puedo corresponderte.
Emilio no se dio por vencido, y la llevó a la Duna de Pilat, donde le dijo que su vida era un desierto sin ella. Ella volvió a responder un poco seca: -¿David Bisbal no? Bueno es original que me llevaras hasta aquí pero no es nada bonito. Sólo un desierto-.
-Bueno Zavanah, ¿adónde quieres ir? Que no sea París. Cualquier país del mundo a tu disposición. Yo elijo la ciudad-. A lo que ella contestó con alegría y fuerte: -¡¡Italia!! y para sus adentros pensó: -A ver si me lleva a Venecia al menos o a La Fontana-. Pero Emilio y su afición por la mitología la llevó al Valle de los Templos en Sicilia donde ahí pareció alegrarle más la visita y ella dijo. -No es lo que esperaba pero es lo mejor hasta ahora-.
En cada localización pasaban una noche de hotel de cinco estrellas. Habitación doble con camas separadas. Ella siempre las quería separadas. En Sicilia le dijo :- Llévame a Alemania.
Al día siguiente para Alemania que se fueron y llegaron al parque nacional de la Suiza Sajona. Allí rodeados de naturaleza, Emilio volvió a declararse de nuevo sin resultado y dijo. -Gracias por acompañarme a estos lugares. Nos hospedamos y mañana te pago el viaje a donde quieras y nos separamos-. Ella le contestó: -Gracias a ti, Emilio, pero desde primeras sabías que no tendrías opción.
Ya en el albergue del parque nacional Zavanah reconoció a un viejo amigo y se alegró de verle mogollón. Emilio les dejó a solas. -Ya veo que aquí sobro. Le dio dos besos a la mujer en la mejilla y se metió en la habitación solo. Ella le dijo antes: -Gracias por todo, de verdad que lo siento. No pagues ningún viaje me quedaré con él.
Al día siguiente Emilio se fue a España, donde intentaría probar suerte en la bolsa del país y se hospedó en Elche, cansado de Madrid o Barcelona. Además era una ciudad bellísima, con su playa, sus palmeras y monumentos que no veía en la televisión mexicana. Allí se enamoró de otra hermosa mujer, Marieta. Y esta viéndolo acongojado fue especialmente cariñosa con él que le fue explicando todo lo vivido. Ella se iba enamorando de él cada vez más y le dijo que era muy amable y bondadoso, que nadie debió rechazarle tras hacer todo eso, que ella no lo haría. Emilio colorado dijo -Soy corredor de bolsa. Hasta ahora me fue bien en México pero ¿y si lo pierdo todo?-.
-El dinero no importa si hay amor, es lo que valga tu corazón-.
Pronto empezaron una relación que fue yendo a más, mientras que la suerte de Emilio y su dinero ahorrado fue a menos, hasta que decidió dejarlo comprando una casa para los dos y buscarse otro oficio con la ayuda de Marieta.
Terminaron viviendo humildemente los dos pero muy felices. Y Zavanah también en la Suiza Sajona con el hombre que encontró regentando entre los dos el hotel.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario