Entonces te miré
como nunca antes
Tan expuesto tu sentir
ofuscado por mi falta de atención a tí...
y supe que debía amarte
pero eso jamás te lo voy a decir...
Yo te admiraba
y nada te contaba.
Tu a amarme empezabas
pero bien lo disimulabas.
El tiempo me consumía
y no estar en tu compañía
mucho me dolía
pero sin decírtelo seguía.
En esta triste situación,
me tiro por el balcón,
para que vivo sin tu amor.
Renunciar y perecer
no hay diferencia!
Renunciar a un amor
es lo más cruel
porque niegas su vida
en tu presencia.
Es ahogar tu alma
en triste urgencia
aunque grite cada fibra
de tu ser.
Al final los dos nos cruzamos,
juntando nuestras manos,
Los dedos entrelazamos
mirándonos nos quedamos
y nos besamos
pues no hace falta nada decir
cuando puedes sentir
el amor del otro en su mirada,
que tonto fui si ya me hablabas,
lo hacías con el corazón
y yo ciego estaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario