EN UNOS MINUTOS

EN UNOS MINUTOS

(En la Basílica de Nuestra Señora Virgen de los Desamparados)

Me llamo Damian Ramirez, aunque eso ya lo sabrán, y les voy a contar, mientras esperamos, lo que de tiempo de la historia de mi primer y gran amor que mis padres y mi hermana ya sabrán gran parte y espero, mi futura familia política, conocerán la versión de ella. Solo serán unos minutos o un poquito más. (Carcajadas de todos los presentes):

Todo empezó hace seis meses y una semana cuando la conocí en un bar tomando café mientras escribía. Me quedé prendado de ella, de su pelo y su mirada enamorada frente al cuaderno, quizás eso fue lo que más me llamó la atención. Ella me lo notó y me dijo que me acercara con el dedo y una sonrisa picarona. A lo que accedí.

Mientras más hablábamos más me gustaba. 

Yo era... y lo sigo siendo, un profesor de primaria aficionado a escribir poesía. Ella una escritora en decadencia, esperando escribir un best seller.

Nos gustamos y comenzamos a salir cada vez con más frecuencia. Los dos eramos católicos y no queríamos hacer el amor hasta casarnos.

En nuestra última cita de noviazgo le tenia preparada una cena romántica en el Restaurante Paraíso (4 tenedores). Llegué a su casa 3 horas antes de la reserva. Esto fue lo que pasó:

-Pasa cariño al comedor y ponte cómodo, en unos minutos estoy y nos vamos.

Se metió en la ducha y estuvo casi media hora. Yo iba quitando planes previos al restaurante en la cabeza. Cuando salió le pregunté:

-¿Te queda mucho?

-No, en unos minutos me visto y voy. Esta noche parece más especial. Y no mires. Ya me tendrás si nos casamos.

Volví al sofá y pasó otra media hora. Al parecer no se decidía que vestido colocarse, entre más de veinte que según ella tenía.

-Ya estoy cariño. ¿Nos vamos?

-¿Qué? ¿Perdona?

-Que si nos vamos. ¿Te estabas quedando dormido antes de nuestra cita?

-No, amor. Estaba pensando en esta noche contigo.

-Tanto pensar, algo me dice que va a pasar algo especial y lo estoy deseando.

-Una cita más, amor, ¿qué va a pasar?

Llegamos al restaurante después de pasear por el muelle y allí nos dijo el mesero: 

-En unos minutos tenéis la mesa libre.

-¿Cómo? Teníamos reserva y hemos llegado puntuales, incluso unos minutos antes.

-Disculpenme señor y señora.

-¿Señora? ¿Tan vieja me ve?

-Perdone señorita.

-¿Señorita? Tampoco tengo 20 años.

-Como vos quiera. Pasen por aquí.

Después de criticar al pobre camarero varias veces y de hablar con el gerente, este se disculpó y nos dijo que la cena era a cuenta de la casa.

Fue entonces cuando me declaré.

-Amor mío, después de seis meses juntos y muchas citas me gustaría no tener que esperar más de unos minutos para obtener tu respuesta. ¿Quieres hacerme el hombre más feliz casándote conmigo?

-Por supuesto, lo sabia, te lo dije que era especial y me querías engañar.

-Estaba esperando el momento adecuado. A tu ritmo. ¿Cuando nos casamos en 3 meses?

-Cuanto antes. Mañana buscamos la iglesia libre con la fecha más cercana, el restaurante del banquete y el vestido.

Al dia siguiente vimos esta iglesia, en la que nos encontramos, libre en una semana, por una cancelación de otra boda. Y estuvimos buscando restaurante. El Paraíso tenía reservado el derecho de admisión y nos negaron volver y buscamos el que tienen en la invitación. Como ven, yo quería una boda sencilla y con poca gente. Por mi parte 3 invitados, por ella y lo que parece son 100.

En una de las tiendas de vestidos yo elegí el primer esmoquin que encontré a medida, pero ella no quiso y decidí aceptar el que ella quisiera para no estar más de unos minutos. Debía ser especial y diferente, ya lo ven de verde esperanza. 

¿Aún no llega? -Le faltarán unos minutos aún. -Continúo entonces.

Tardamos en buscar el vestido adecuado para ella y tras recorrer todas las tiendas de la ciudad y probarse más de diez vestidos, según me dijo porque me hacía esperar fuera, por unos minutos muy largos, imagino que elegió pues no he podido verlo por la tradición.

Se enviaron las invitaciones rápidamente.

Esta mañana la he llamado por que me dio un pálpito y me confirmó que venía. Me preparé y aquí me tienen ante ustedes, esperando unos minutos según mi futura suegra dijo antes de empezar mi historia. Van 45 minutos de retraso y me temo que no voy a aguantar.

(Susurrando)

Cura: -¿Cómo que no aguanta, también se va?

-Serán los nervios o la impaciencia pero necesito ir al baño, padre.

-Pues salga por la puerta trasera, nuestro baño lo atascó el monaguillo.

(El cura avisó de que saldría unos minutos y mientras yo salía por la puerta de atrás la novia entró por la principal)

Con las prisas crucé la avenida sin mirar y me atropelló un vehiculo.

La novia al ver que no estaba se pensó que le di plantón, y todos le explicaron. Cuando vio, después de unos minutos, que no volvía llamó a mi teléfono y tampoco contestaba, fue entonces cuando recibieron una llamada del hospital diciendo que estaba allí por haber sufrido un accidente.

Allí vino mi padre, su madre, el cura y ella.

-Por fin te veo, cariño siento verte vestida de novia (rojo pasión y escotado) fuera del altar, 

-El doctor ha dicho que en unos días te darán el alta.

-Espero no sean como unos minutos.

-Ay, cariño. ¿Nos casamos?

¿Aquí, ahora?

-¿Por qué no? Querías una boda sencilla con poca gente. Pues uno de cada y el cura que está aquí. Venga padre, ŕápido al grano.

Cura: ¿Queréis amaros en todo momento bajo todas circunstancias?

-Si. Quiero.

-Si. Quiero.

Cura: Os declaro marido y mujer.

-Esto si ha sido una boda rápida en unos minutos.

(La pareja no solo duró unos años, quitaron sus defectos, mejoraron sus virtudes y aunque discutieron unas veces, se amaron y vivieron juntos para siempre)